La empresa y economía son dos términos que, tradicionalmente, no han estado asociados a nombres de mujer. Y, a pesar de que cada año se rompen más barreras para que lleguen a la alta dirección, aún queda mucho por avanzar.
El cambio de cultura empresarial, empieza en las primeras etapas educativas y hay que fortalecerlo durante toda la formación académica. Por ello, surge la primera Cátedra de Desarrollo Directivo Femenino, para trabajar por el empoderamiento de las mujeres y potenciar su acceso a puestos de dirección.